- 463 gramos de harina.
- 31 gramos de azúcar.
- 14 gramos de levadura panadera.
- 2 huevos.
- 40 gramos de mantequilla derretida.
- 180 ml de agua al tiempo.
- 40 ml de leche.
- Semillas de sésamo al gusto (opcional).
- Primero debemos juntar todos los ingredientes secos en un bol: la harina, el azúcar, y la levadura; y los mezclamos.
- Añadimos los ingredientes líquidos: la mantequilla, el agua, la leche y uno de los huevos.
- Mezclamos con la batidora usando las varillas para pan durante unos 5 minutos, hasta que todo esté bien unificado. También podemos amasar a mano durante unos 20 minutos o hasta que esté homogéneo y elástico. Esta masa debe quedar algo pegajosa, pero debe ser manejable.
- Una vez tengamos la masa, lo pasamos a un bol limpio untado de aceite para que no se pegue, lo tapamos con un paño o con film de plástico y la dejamos reposar. El tiempo de reposo depende de la temperatura ambiente en la que lo estemos haciendo, la masa debe reposar hasta que duplique su tamaño. Como anécdota, cuando yo los hice hacían 35°C y ¡duplicó su tamaño en media hora! Con una temperatura rondando los 25°C, tardará unas dos horas.
- Una vez la masa haya fermentado, la dividiremos en seis porciones (para panes grandes) o en ocho (para panes pequeños). Debemos intentar que las porciones tengan tamaños parecidos.
- A continuación, usando nuestras manos, le damos una forma redonda a los panes y los ponemos en la bandeja del horno donde los hornearemos. Recuerda poner papel de horno o aceite en la bandeja para que no se te peguen. Deja una separación considerable entre pan y pan, ya que crecerán de nuevo.
- Una vez tengamos los panes con su forma en la bandeja, los tapamos y los dejamos reposar de nuevo. Con una hora debe bastar, aunque si hace mucho calor con menos tiempo será suficiente.
- Cuando hayan crecido, debemos usar un huevo para pintarlos. Además, es recomendable poner las semillas de sésamo encima para que sean más sabrosos.
- Con el horno precalentado a 250°C, ponemos los panes en el horno por 20 minutos. Es recomendable usar el ventilador del horno, aunque sí tú horno no lo tiene tampoco pasa nada.
- Pasados los 20 minutos, pinchamos uno para asegurarnos de que se cocinaron por dentro y, en caso de que si, los sacamos. Es importante dejarlos enfriar sobre una rejilla. Estos panes se consumen fríos, así que déjalos enfriar por bastante tiempo. Notarás que conforme pasa el tiempo la concha del pan se ablandará.
Estos panes también pueden ser congelados. Para hacerlo tienes dos opciones: cocinarlos 10 minutos, congelarlos y, cuando los vayas a comer, hornear otros 10 minutos; o cocinarlos totalmente (20 minutos) y congelarlos después. Si haces esto último, déjalos descongelar antes de comerlos y ya.
- Cuando los vayas a comer, pásalos por la plancha para tostarlos un poco. ¡Te encantarán!